La lactancia materna prolongada aporta diversos beneficios psicológicos al niño. A pesar de los numerosos perjuicios sociales que existen sobre dar el pecho a niños mayores de 2 años, ningún estudio ha podido demostrar que tenga contraindicaciones, sino todo lo contrario.
Se considera lactancia materna prolongada la que se mantiene más allá de los 2 años. Esta definición hace referencia a las recomendaciones de la OMS, que pautan alimentar exclusivamente con leche materna al bebé hasta los 6 meses y continuar con la lactancia, además de la alimentación complementaria hasta, como mínimo, los 2 años de edad.
Asimismo, se define como lactancia materna prolongada aquella que dura más que la de la mayoría de las madres de su entorno.
Los patrones de duración de la lactancia materna están determinados por factores sociales, culturales y personales. Por lo tanto, no existe un tiempo de duración de la lactancia específico en ninguna cultura, aunque sí existen patrones de duración generalizados que varían en función de cada grupo cultural.
No existe ningún estudio científico que demuestre que la leche materna deje de ser beneficiosa a partir de cierta edad del lactante. Sin embargo, sí ha podido demostrarse que la lactancia materna prolongada aporta beneficios sobre la salud del lactante a corto y medio plazo.
Del mismo modo, se ha demostrado que la lactancia materna prolongada posee efectos beneficiosos sobre la esfera psicológica y emocional del lactante.
Beneficios psicológicos de la lactancia prolongada
El amamantamiento no sólo posee un valor nutricional. Para el bebé, el pecho de su madre esafecto, consuelo, seguridad y comunicación entre la madre y el hijo.
Diversos estudios apuntan que la lactancia materna prolongada aporta beneficios psicológicos al niño. De hecho, a pesar de los innumerables prejuicios culturales, no existe ningún estudio que asocie la lactancia materna prolongada con problemas de tipo social, si no todo lo contrario.
Se ha observado relación entre la lactancia materna prolongada y un mejor desarrollo cognitivo, psicomotor y del lenguaje y mayor agudeza visual. Esto es razonable teniendo en cuenta que el desarrollo neuronal y psicomotor del niño continúa más allá de los 2 años de edad. Así, no es de extrañar que la lactancia después de los 2 años beneficie a este desarrollo.
La lactancia materna afianza el vínculo afectivo entre madre e hijo, por ello, la continuación de la lactancia estaría reforzando dicho vínculo durante más tiempo, lo cual beneficia al niño en cuanto a su afectividad y seguridad básica.
Además, evitar el destete precoz supone evitar también los problemas que éste conlleva. Si el niño no está preparado, finalizar la lactancia puede generarle inseguridad, ansiedad o estrés. La l lactancia materna prolongada propicia que sea el propio niño el que abandone el amamantamiento de una manera natural, progresiva, respetando su ritmo de desarrollo y de crecimiento.
Autor: Mónica Serrano Muñoz